Corredoras que inspiran: Kathrine Switzer
El 19 de abril de 1967, Kathrine Switzer, una estudiante de periodismo de 20 años, hizo historia al ser la primera mujer en participar oficialmente en la Maratón de Boston, en una época en que los hombres creían que las mujeres no tenían la capacidad de correr más de 2,4 kms, e incluso se oponían derechamente al hecho. En la actualidad es un ícono de empoderamiento femenino y un ejemplo de perseverancia y esfuerzo.
Durante la carrera, Switzer fue fotografiada por la prensa como una curiosidad, fue perseguida para que no continuara corriendo y, finalmente, descalificada cuando cruzó la meta. Pero fue perseverante, no se rindió y la experiencia la convenció de que no hay nada que no se pueda lograr en la vida.
Preparándose para la maratón
Switzer empezó a correr cuando tenía sólo 12 años, porque quería integrarse al equipo de hockey sobre césped. Su padre la apoyó y la animó a que corriera 1,6 kms al día, y así, aunque no pudo ingresar al equipo de hockey, pasó de ser una niña tímida e insegura, a ser una mujer empoderada.
Cuando tenía 20 años conoció a Arnie Briggs, un entrenador de la Universidad de Syracusa, y le dijo que quería correr en la Maratón de Boston. Él le dijo “Si puedes demostrarme que puedes correr la distancia de la maratón, seré la primera persona en llevarte”.
Si bien, otras mujeres ya habían corrido en la maratón, ninguna lo había hecho de forma oficial. Switzer reflexiona “las mujeres no entendían que ellas tenían la capacidad. Tenían los temores de todo lo anticuado de las señoritas: que se agrandaran las piernas, que les saliera un gran bigote, que el útero se cayera”.
Durante su entrenamiento, un día corrió 49 kms y Briggs cumplió con su palabra, le dijo “no hay nada sobre género en el reglamento y no hay nada sobre género en el formulario”. Así fue como Switzer pagó los US$2 y se inscribió oficialmente con sus iniciales. Los organizadores supusieron que era un hombre y le dieron el número 261, que hoy en día ya no se puede utilizar, como un homenaje hacia ella.
La fuerza de la perseverancia
Kathrine Switzer escribió en sus memorias que el día de la maratón no intentó esconder que era mujer: Se puso labial, aros, una camiseta y unos shorts, pero terminó usando un suéter y pantalones anchos sobre su atuendo porque estaba nevando y hacía mucho frío.
Era su primera carrera y en los primeros 3 kilómetros no tuvo ningún problema. Pero luego llamó la atención de la prensa y comenzaron a seguirla y a tomarle fotos. “Gritaban: ¡Una chica en la carrera! ¡Tiene un número!”, rememora Switzer.
“De repente, escuché detrás de mí el sonido de unos zapatos de cuero, claramente no eran zapatos para trotar. Y vi a este hombre de mirada furiosa. Fue aterrador. Me tomó por los hombros, me empujó hacia abajo y trató de quitarme el número del pecho. ‘Sal de mi carrera y entrégame esos números’, me gritó. Y aunque me dio mucho miedo, mi novio lo tomó y sacó fuera de la carrera.”
Este incidente fue captado en una icónica foto que convirtió a Switzer en una figura a seguir y lanzó su carrera como defensora de la igualdad para las mujeres en los deportes.
“En algún punto sobre el kilómetro 33, la rabia me dejó y le dije a mi entrenador ‘tengo que terminar esta carrera, así sea sobre mis manos y mis pies, porque si no la termino nadie creerá que las mujeres pueden hacer esto, que las mujeres deben estar aquí’”.
Cuando terminó la maratón, luego de 4 horas y 20 minutos, Switzer cuenta que sentía que tenía un plan de vida, una meta y un propósito que cumplir. “Me sentí plena porque corrí mi primera maratón bajo las circunstancias más difíciles, y después de eso nada más sería tan duro”.
Un ejemplo para las nuevas generaciones
Lamentablemente, al cruzar la meta Switzer fue descalificada y expulsada de la Unión Atlética de Amateurs. Sin embargo, el apoyo que recibió fue superior al escándalo, y se convirtió inmediatamente en una celebridad deportiva y en un ícono de los derechos de la mujer.
Switzer usó su influencia para hacer campaña para que las mujeres entraran en el Maratón de Boston, para ello organizó más de 400 carreras en 27 países, y usó las estadísticas de esos eventos para hacer lobby ante el Comité Olímpico Internacional, hasta que logró incluir a la competencia el maratón femenino, en 1984.
Además, se convirtió en autora y comentarista de televisión de los campeonatos olímpicos, mundiales y nacionales.
Kathrine Switzer siempre ha dicho que “si logramos empoderar a las mujeres, podemos hacer cualquier cosa”, y ha agregado que “el deporte consiste en motivar y respetar a los demás en armonía”. Por eso, te invitamos a seguir su emblemático ejemplo y a atreverte a hacer la diferencia en el mundo deportivo.