Utilidad de evaluar los patrones de movimiento
Somos seres activos en constante movimiento. Cada vez que nos movemos, nuestro cuerpo lo hace en base a una intención o un objetivo, es decir, una función.
Es por esto que, al realizar una evaluación de movimiento, debemos entender que el concepto de funcionalidad será el resultado de la interacción de nuestros músculos; tendones; articulaciones; etc. Con el fin de producir un determinado movimiento en nuestras actividades del día a día o deporte.
El cerebro tiene la función de crear los “Patrones de movimiento”; está acción es responsable de integrar un conjunto de movimientos secuenciados a un solo fragmento de información. Gracias a esto, podemos ser más eficientes al momento de movernos, ya que se organiza y administra de mejor forma la información y se reduce el tiempo de procesamiento cerebral.
Algunos ejemplos de patrones de movimiento básicos son: movimientos de empuje (push-up); tracción (dominada); sentadilla (cuando te agachas a recoger algo al suelo o te agachas para jardinear); movimientos de rotación (cuando te giras a saludar a alguien que está detrás de ti); entre otros. Estás derivan de movimientos básicos rudimentarios tempranos.
Entonces, ¿Por qué es importante evaluar nuestros patrones de movimiento?
Si el movimiento es disfuncional, nuestra movilidad; estabilidad; control motor, pueden estar fallando, aumentando el riesgo de lesionar nuestros músculos o articulaciones, incluso si estamos con un desempeño deportivo relativamente bueno.
La evaluación identifica los componentes alterados, y una vez hecho esto, es necesario centrarse en aquellos que son más débiles o que generan una mayor limitación y trabajarlos con el fin de generar mejoras y así disminuir el riesgo de lesión.
Si bien, los patrones de movimiento deficientes pueden demostrar un aumento en el riesgo de lesión con la actividad, no hay que olvidar que, los “buenos” patrones de movimiento no garantizan en un 100% que no te vayas a lesionar, ya que otros factores como la fuerza, la resistencia, la coordinación, la agilidad y la adquisición de habilidades juegan también un papel importante. Sin embargo, el movimiento es la base para poder generar patrones eficientes y armónicos.
Es muy importante que se realice la evaluación periódica de nuestros patrones de movimiento porque a lo largo del tiempo, estos se pueden ir modificando de acuerdo al contexto, al tipo de actividad (o inactividad), tipo de deporte que se realiza, las destrezas que se requieren y las molestias o dolores que se puedan sentir. Cuando nuestro cuerpo se enfrenta a un dolor, realiza un movimiento compensatorio para mantener un grado de función, independiente de la calidad.
Si logras identificar tus limitaciones y asimetrías, podrás trabajarlas y luego potenciar ese nuevo patrón y así conseguirás mejorar tu rendimiento deportivo y disminuir el riesgo de lesión.